Carne de asfalto.
El metrosexual es un hombre de ciudad. Su vida gira en torno al asfalto, a comercios, gimnasios, oficinas, centros comerciales... El campo como mucho para una escapada de fin de semana, porque su deseo es vivir en las más grandes urbes y sacarles todo su jugo. Como novedad, sobre todo en España, el metrosexual y su pareja dedican una gran porción de su presupuesto anual a viajar. Atrás queda eso del apartamento vitalicio en Benidorm o Gandía.
Ahora cada año se impone un viaje a un destino cada vez más lejano y exótico. Este ritmo de vida se ve favorecido por la cada vez más tardía paternidad de los jóvenes, que les permite alargar su juventud eternamente.
Fashion victims.
En este aspecto las mujeres están encantadas. Si tienen la suerte de contar con un metrosexual por novio, amigo o compañero de piso, no tendrán que rogarle que las acompañe de compras y, además, podrán contar con su sabio consejo.
Ya no oirán más eso de "eso son cosas de mujeres", porque él hombre de ahora tiene una opinión. Tampoco las esperará fuera de la tienda, en la calle, fumando un cigarrillo, mientras ellas deambulan solitarias entre filas de ropa sin nadie con quien intercambiar opinión sobre las últimas tendencias.
Moda: No vale estar a la última, hay que ser un visionario.
Ser metrosexual cuesta dinero, para qué engañarnos. No sólo porque tener un armario forrado de modelazos sea muy caro, sino porque hay que invertir también en complementos, cosméticos, perfumes...
Todos los metrosexuales pasan por algún día en que lamentan ser quienes son, aunque eso se les pasa cuando salen a la calle y giran las cabezas de todos aquellos con quienes se cruzan.
Los slips ahora te los compras tú.
Por suerte ha pasado a la historia eso de que tu madre o tu novia te compre la ropa interior. Ahora te la compras tú y además de marca, eligiendo entre los muchos modelos que el mercado le ofrece hoy al hombre. La gran novedad, que el hombre metrosexual no ha pasado por alto, son los slips "alza-paquete". Es algo así como el Wonder-bra femenino pero para hombre. Un calzoncillo diseñado especialmente para elevar y colocar los atributos masculinos.
En trajes de baño, los vanidosos metrosexuales, que gustan de presumir de cuerpazo, han rescatado del armario el famoso bañador "marca-paquete" o speedo, como es más correcto llamarlo.
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El metrosexual es un hombre de ciudad. Su vida gira en torno al asfalto, a comercios, gimnasios, oficinas, centros comerciales... El campo como mucho para una escapada de fin de semana, porque su deseo es vivir en las más grandes urbes y sacarles todo su jugo. Como novedad, sobre todo en España, el metrosexual y su pareja dedican una gran porción de su presupuesto anual a viajar. Atrás queda eso del apartamento vitalicio en Benidorm o Gandía.
Ahora cada año se impone un viaje a un destino cada vez más lejano y exótico. Este ritmo de vida se ve favorecido por la cada vez más tardía paternidad de los jóvenes, que les permite alargar su juventud eternamente.
Fashion victims.
En este aspecto las mujeres están encantadas. Si tienen la suerte de contar con un metrosexual por novio, amigo o compañero de piso, no tendrán que rogarle que las acompañe de compras y, además, podrán contar con su sabio consejo.
Ya no oirán más eso de "eso son cosas de mujeres", porque él hombre de ahora tiene una opinión. Tampoco las esperará fuera de la tienda, en la calle, fumando un cigarrillo, mientras ellas deambulan solitarias entre filas de ropa sin nadie con quien intercambiar opinión sobre las últimas tendencias.
Moda: No vale estar a la última, hay que ser un visionario.
Ser metrosexual cuesta dinero, para qué engañarnos. No sólo porque tener un armario forrado de modelazos sea muy caro, sino porque hay que invertir también en complementos, cosméticos, perfumes...
Todos los metrosexuales pasan por algún día en que lamentan ser quienes son, aunque eso se les pasa cuando salen a la calle y giran las cabezas de todos aquellos con quienes se cruzan.
Los slips ahora te los compras tú.
Por suerte ha pasado a la historia eso de que tu madre o tu novia te compre la ropa interior. Ahora te la compras tú y además de marca, eligiendo entre los muchos modelos que el mercado le ofrece hoy al hombre. La gran novedad, que el hombre metrosexual no ha pasado por alto, son los slips "alza-paquete". Es algo así como el Wonder-bra femenino pero para hombre. Un calzoncillo diseñado especialmente para elevar y colocar los atributos masculinos.
En trajes de baño, los vanidosos metrosexuales, que gustan de presumir de cuerpazo, han rescatado del armario el famoso bañador "marca-paquete" o speedo, como es más correcto llamarlo.
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