domingo, 26 de octubre de 2008

Autoconfianza: Yo se, yo puedo

Ya no vale con repetir una y otra vez y como excusa para todo aquello de "es que yo soy así" o "es que esta es mi naturaleza" . La forma de ser se puede cambiar, de modo que poco a poco se pueden ir incorporando virtudes hasta el momento desconocidas pero que resultarán muy beneficiosas. La primera y más importante, la autoconfianza.

Pese a las indicaciones de la experiencia, hay expertos que aseguran que “lo único que se necesita para cambiar es tomar la decisión de hacerlo” y que ”los buenos hábitos, una vez establecidos, arraigan en el subconsciente” . Esta es la idea que Dena Michelli desarrolla en su libro Aprenda a confiar en sí mismo en una semana: cómo lograr incrementar la autoconfianza con un método en una hipotética semana.

Lunes
El primer paso es “identificar el propio yo” . Ahí es nada. El programa descrito por Michelli propone cuatro modelos de conducta y pide que el lector escoja cuál de ellos se ajusta más a su comportamiento habitual.

Si siempre se echa atrás y cede, es porque es usted pasivo. Si, en cambio, recurre a los gestos burlones de resignación o impaciencia, sigue un modelo pasivo-agresivo, que se convierte en agresivo si no tiene en cuenta las opiniones de los demás. Lo ideal es llegar al cuarto modelo, el seguro, el de quien no teme las opiniones de los demás ni expresar la propia.

Cada uno de los modelos se identifica con un tipo de conducta y cataloga a quienes lo siguen como “víctimas”, “manipuladores”, “dictadores” o “ganadores” , respectivamente.

Martes
Una vez la persona conoce cómo es, deberá afrontar la la tarea del martes: imaginar cómo quiere ser y cómo quiere que los demás le vean. “La gente nos trata de la forma en que ´pedimos´ que nos trate, así que si comprendemos qué ´buscamos´ habremos resuelto la mitad del problema”, asegura la autora.

Miércoles
El tercer paso de este cursillo acelerado de autoestima trata de explicar cómo afrontar la negatividad y encajar las críticas. Para sobrellevarlas de la mejor manera posible el manual recomienda escuchar con atención lo que dicen los demás y juzgar si parece válido o no, pero no discutirlo nunca.

Sólo hay un caso en el que pegar cuatro voces y exponerse a recibirlas queda justificado según Michelli; si la persona lo considera un desahogo y asumime las posibles consecuencias. Entonces sí. Si desea darse ese gusto, disfrútelo. “Es una forma de expresarse, aunque es posible que más tarde tenga que tomar medidas para restablecer la relación”, advierte la autora.

Jueves y Viernes
Los dos siguientes pasos, correspondientes al jueves y el viernes, intentan crear una impresión positiva, tanto en el ámbito privado de las entrevistas como en el público de las reuniones. En ellos se recuerda qué factores intervienen en la creación de las primeras impresiones -la apariencia, la estatura, el apretón de manos, la postura, el lenguaje corporal, la voz, la forma de hablar,…-, y que lo más importante es ser capaz de transmitir confianza en uno mismo.

El fin de semana
El plan reserva para el sábado, las nociones básicas sobre el lenguaje corporal. “Nuestro cuerpo no miente”, asegura Dena Michelli. Detalles insignificantes y gestos, como contraer o estirar los dedos, apretar los dientes, mover las rodillas o juguetear con el contenido de los bolsillos, indican que la persona está nerviosa.

Controlar e interpretar estos indicios puede ser muy provechoso, así se puede saber por ejemplo que no hay que fiarse demasiado de quien promete ayuda “mientras sacude la cabeza” o dice que nunca miente “y al mismo tiempo mueve un dedo de un lado a otro”.

El último paso antes de estrenar personalidad es asimilar y saber usar ese nuevo poder personal que se ha creado a medida. A estas alturas se supone que ya se ha adquirido la habilidad para identificar las metas personales, para identificar las propias creencias y valores y para comunicarse y establecer relaciones. “El camino hacia una seguridad plena y auténtica está lleno de recompensas. No perderá nada y cada pequeño paso lo acercará al éxito. No se dé por vencido y, sobre todo, no olvide que tiene derecho a controlar su vida” , concluye Dena Michelli.

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