sábado, 15 de noviembre de 2008

Diez pasos para elegir y servir un buen vino

Jesús Madrazo, enólogo de Bodegas del Contino, del Grupo CVNE, explica en diez pasos cómo conservar un buen vino.

El experto señala que un buen vino es algo más que el complemento de una buena mesa, ‘es el acompañamiento de una conversación inteligente, de la creatividad, de un mundo de sensaciones’. En su opinión, saborear un buen vino en casa está al alcance de cualquiera si se siguen unos sencillos consejos sobre el cuidado y la forma de tratar el vino.

Jesús Madrazo es el enólogo que lleva cuidando más de ocho años la calidad de los vinos de Bodegas del Contino, del Grupo CVNE. Por ello, Madrazo es un profesional acostumbrado a explicar a los visitantes que acuden a las bodegas las principales características de los buenos vinos, su elaboración, sus cuidados y también la forma de servirlos.

Este enólogo es consciente de que no todo el mundo puede ser un experto en la materia, pero sabe también que en alguna ocasión todos tratan de agasajar a familiares y amigos con buenos vinos. Por eso, Madrazo explica unos cuantos pasos básicos que permiten realzar el sabor de un buen vino.

Estos pasos muestran los factores a tener en cuenta a la hora de elegir un vino: desde cómo conservarlo en casa, cómo servirlo, la forma de catar sus aromas y sabores, pasando por qué hacer cuando se plantean pequeños problemas como la rotura del corcho o la aparición de posos.

Diez preguntas y respuestas relacionadas con el mejor modo de conservar y servir un buen vino. Diez sencillos pasos que pueden hacer a todos disfrutar de estas fiestas, deleitando el paladar de entendidos y profanos.

¿Qué es lo que más define a un vino?
Su capacidad de impresionar, de llamar la atención, de quedar grabado en la memoria durante el mayor tiempo posible.

¿Cuáles han sido las mejores cosechas de los últimos años?
2001, 2000, 1996, 1995, 1994, 1986, 1985, 1982, 1981, 1975, 1970, 1964, 1958, 1952, 1948…

¿En qué se diferencian básicamente los vinos de Crianza, Reserva y Gran Reserva?
Las categorías de vinos se diferencian por sus períodos de envejecimiento entre barrica de roble y botella; y en la calidad seleccionada de las uvas que se destinan a cada uno de dichos vinos.

Los tiempos mínimos establecidos en el actual reglamento del Consejo Regulador de Denominación de Origen Calidad Rioja establecen los siguientes baremos:

• Crianza: 1 año natural en barrica
• Reserva: 1 año de barrica y un año de botella
• Gran Reserva: 2 años de barrica y tres de botella

¿El vino es sólo acompañamiento de comidas?
En absoluto, es más que un acompañamiento de la buena mesa, es acompañamiento de la conversación inteligente, de la creatividad, de la soledad y de la buena compañía.

¿Qué pasos deben realizarse para catar un vino?
Los mismos que empleamos cuando nos dan a probar un nuevo alimento, miramos, olemos, probamos. Con el vino miramos su aspecto, su color que nos indica su edad probable y su estado de conservación. Luego de forma natural lo olemos y buscamos sus aromas florales, frutales, primarios, que darán lugar a otros más complejos al agitar la copa y, por qué no, de un modo más técnico, buscamos más olores.

Después lo introducimos en la boca donde las sensaciones táctiles y gustativas terminan por definir a ese vino. Finalmente quedará el recuerdo, la persistencia, el postgusto o retrogusto, una nueva oleada aromática.

¿A qué temperatura hay que tomar el vino (tinto, blanco, rosado) y con qué antelación debe abrirse?
Rosados a 11º ó 12º, Blancos entre 8º y 10º, Tintos entre 15º y 18º, siempre mejor partir de frío a calor que al contrario, siempre mejor enfriar en agua con hielo, que solo en hielo o nunca en frigorífico.

A la hora de abrir el vino, en general, salvo ciertas excepciones, se recomienda abrir un vino media hora antes. Al vino hay que darle tiempo, no se puede enjuiciar un vino nada más abrir la botella, hay que darle tiempo a que se exprese. Un vino tiene que respirar y enseguida empieza a sacar sus aromas.

¿Para qué platos debe usarse cada vino? Tinto, blanco, rosado...
Cualquier respuesta sería simplista. Cada plato se merece la elección de un vino y viceversa, se trata de maridar uno y otro de forma que ninguno enmascare al otro. La perfección llega si uno ensalza al otro.

En líneas muy generales se podría decir que Blancos y Rosados y algunos tintos finos, elegantes o sencillos combinan con entremeses, sopas y pescados. Lo tintos van muy bien con cocidos, carnes, caza, asados…

¿Y las copas?, ¿hay una copa para cada tipo de vino?
Depende de cada vino, pero de forma genérica las copas han de tener pié alto para no calentar con la mano el vino. Además las copas tienen que ser anchas en su cuerpo para que facilite su agitación, sin tallar, transparentes y de cristal fino, tipo Balón, tipo Burdeos (tintos). La abertura ha de ser más bien cerrada o estrecha en su boca para que allí concentre los aromas.

¿Qué hacer cuando tenemos problemas con una botella de vino, como que se rompa el corcho, el vino esté turbio o tenga posos?
Lo primero, no perder los nervios. Cuando se rompa el corcho o se introduzca dentro de la botella: colar el vino por una tela de hilo o un fino colador o un filtro y decantarlo en una frasca o jarra decantadora. Después catar el vino, ya que podría no estar en buen estado. No se puede olvidar que el corcho es un elemento de cierre y de estabilidad esencial. Si se ha roto puede ser porque el corcho no estuviera en buen estado o por falta de habilidad a la hora de abrir la botella.
La turbidez es más problemática y difícil de combatir. Los posos requieren dejar en reposo la botella en posición vertical que decanten bien al fondo y luego decantarlo a una frasca apropiada con mucho cuidado, a pulso, poniendo detrás una vela o foco de luz que nos permita observar la llegada de esa precipitación que deberá quedar en la botella.

¿Cómo debe conservarse el vino en casa y cuanto tiempo se puede tener guardado?
Para conservar el vino en casa debe colocarse en los lugares más fríos y húmedos, en los que haya la menor variación de temperatura anual y en posición horizontal.

Saber cuánto tiempo se puede guardar un vino en casa es la pregunta del millón. Depende de cómo lo haya conservado desde la bodega, hasta casa, sin perder de vista que también es relevante la forma en que lo hayan tratado el transportista y el distribuidor.

Creo que un buen vino debe garantizarse por al menos de 5 a 10 años. Pero hay buenos vinos que duran menos y vinos regulares que sorprendentemente evolucionan “a mejor” y duran más.

No hay una regla. Depende de las condiciones y del vino per se. En un ambiente con más del 80% de humedad relativa, menos de 15º de temperatura, quietud y horizontalidad, un buen vino durará mucho tiempo. Cuanto menos se cumplan estas condiciones peor se conservará el vino.

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domingo, 9 de noviembre de 2008

Tips para el Hombre Metrosexual (Parte 3)

Bueno nuevamente les traigo otros tips muy buenos, espero que les sean de utilidad.

Utiliza un enjuague bucal, este llega a zonas donde el cepillo no y elimina la mayoría de las bacterias.

Corte de cabello: si tienes poco cabello opta por cortes muy cortos, ya que emparejan y no se notaran.

Humecta muy bien la piel de tu cuerpo, es muy desagradable para una mujer tocar codos rasposos.

No uses pantalones coloreados! es la única prenda que debe quedarse sin llamar la atención.

En caso de sufrir quemaduras por el sol, aplica una toalla limpia empapada con leche fría para aliviar la inflamación.

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lunes, 3 de noviembre de 2008

Todo sobre la cosmética masculina

Los varones se han lanzado de lleno a la cosmética, todo un símbolo de los nuevos aires que soplan en torno al concepto de masculinidad.

Se acabó aquello de que "el hombre y el oso; cuanto más feo, más hermoso". Con la década de los años noventa los hombres han empezado a cuidarse y preocuparse por su estética, una faceta hasta entonces reservada a las féminas.

Algunos incluso acuden a los institutos de belleza y se prestan a pequeñas intervenciones para mejorar su aspecto. La industria cosmética ha visto aumentar la demanda de productos de cosmética masculina que no irriten, limpien e hidraten el rostro de los varones.

Un 40% de los españoles admite que los utiliza y tan sólo un 6% los considera "cosa de mujeres". El hombre -cuya piel tiene características propias a causa de la barba, las hormonas y su mayor acidez- se ha hecho un hueco en las estanterías de este tipo de tiendas con cremas de afeitar, bálsamos de acción tonificante y astringente para después del afeitado y cremas hidratantes.

El afeitado supone una agresión que muchos practican a diario. Este ritual puede destruir hasta tres capas de la epidermis, y la piel sólo cuenta con 24 horas para recuperarse. Aunque la maquinilla eléctrica supuso un gran invento, tan sólo la utilizan un 5% (¿sabía que cada santo varón invierte unos tres años de su vida en afeitarse?).

Variedad y calidad.
Los primeros cosméticos que irrumpieron en el mundo de los hombres fueron los after-shaves. En un principio les dejaban el rostro en llamas ya que su ingrediente básico era el alcohol, un producto que cicatriza y refresca. Las pieles sensibles, secas y grasas padecieron en carne propia sus terribles efectos. Hoy los hombres disponen de una variada oferta de lociones, geles, bálsamos y cremas que calman, suavizan y regeneran su piel.

Estos productos ya no son grasientos sino que se absorben fácilmente y hacen frente tanto a la sequedad como a la tirantez. Entre las sustancias calmantes que contienen destaca el regaliz, la caléndula y la vitamina E. También se añaden agentes reparadores.

Entre estos últimos sobresalen la vitamina E que protege las membranas de las células gracias a su poder anti-oxidante; la vitamina B5, que alivia la irritación, estimula la cicatrización y ayuda a mantener el equilibrio dérmico; y las vitaminas PP, H y F y los derivados de la elastina. Además, tampoco faltan en la receta ingredientes antisépticos y anti-irritantes a base de áloe vera, agua de avena y alantoína.

Hidratantes para ellos.
Paralelamente a estos avances aparecieron las cremas hidratantes masculinas. El sol, el aire, el frío o la contaminación se ensañan con la piel y arruinan su lozanía en ambos sexos, aunque el hombre resiste mejor las agresiones externas. Las hidratantes actúan como un escudo protector frente a las agresiones del medio y el paso del tiempo, reteniendo y conservando el agua de la delicada envoltura que cubre nuestro rostro.

Tanto en su línea masculina como femenina, los principios activos que contienen los actuales productos hidratantes son muy similares en calidad de protectores y anti-arrugas. Pero los hombres reclaman para los suyos tres exigencias básicas a la hora de incorporarlas a su neceser: que no sean grasientos y se absorban con rapidez, que no se noten y que dejen la piel flexible. El 25 % de los europeos son asiduos a las cremas hidratantes y una cifra similar emplea leches limpiadoras o tónicos para cuidar su piel.

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sábado, 1 de noviembre de 2008

Claves para el Hombre Metrosexual Parte 3

Los complementos, un MUST.
Lo que marca la diferencia ente un hombre bien vestido a secas y un hombre metrosexual es el correcto uso de complementos. Ojo, correcto no significa abundante. Las gafas de sol son el complemento ideal, el más vistoso y el que más favorece. Por su parte, un buen par de zapatos es lo que más distinción aporta a una indumentaria.

Una novedad que nace con este milenio es la variedad de joyería que las más importantes firmas han creado para el hombre.

Lo importante, lo que nunca pierde de vista un hombre metrosexual, es que no se pueden llevar zapatos viejos, rotos ni sucios, así como gafas de sol demasiado deportivas tipo Arnette, que te dan aspecto de "bakala de barrio". En los complementos (como sucede con los coches) es donde el hombre se retrata, elígelos bien.

El sexo... de cualquier manera, pero con ternura.
Como hemos dicho ya, la metrosexualidad no implica una sexualidad concreta, sino una apertura de mente hacia todas aquellas opciones que se ofrecen. Ser metrosexual no significa ser gay, ni siquiera bisexual, significa que a uno le gusta su cuerpo y disfruta de él como le place, al tiempo que no se mete en cómo lo hacen los demás.

El metrosexual heterosexual no teme al gay, no le considera una amenaza, sino al contrario. Además, por primera vez en la historia puede decir abiertamente que comparte con él muchos hábitos y conductas: el cuidado del cuerpo, la sensibilidad, el interés por la moda...

Si no te gustas, cámbiate.
Las estadísticas dicen que el hombre acude cada vez con mayor frecuencia a las consultas de los cirujanos plásticos para retocar, cambiar y remodelar esas partes de su cuerpo con las que no se sienten satisfechos.

Existe toda una gama de intervenciones dirigidas especialmente al género masculino, desde las ya clásicas rinoplastias (nariz), lifting facial u otoplastia (orejas), hasta el estiramiento de párpados, eliminación de las bolsas bajo los ojos y liposucciones de abdomen. Lo más moderno son los implantes de silicona en el pecho (reproduciendo un fornido pectoral masculino), en glúteos y el alargamiento y engrosamiento del pene.

La reciente legalización del Bótox en nuestro país ha sido celebrado como un soplo de aire fresco para los rostros más ajados.

Lo más nuevo: la adicción a la tecnología.
El tecnosexual es un hombre con un marcado gusto por la tecnología sin dejar de cuidar su aspecto y su cuerpo. Sin embargo, y al contrario que un metrosexual, no recurre a la cirugía ni a los cosméticos para ello.

Si ser metrosexual es caro, imagínate la fortuna que tiene que dedicarle el tecnosexual a estar a la última en mp4s, ordenadores portátiles y todo tipo de artilugios destinados a hacerle la vida a uno más cómoda.

Como el metrosexual en su terreno, el tecnosexual corre el peligro de caer en la insatisfacción que produce no estar a la última en tecnología, el desear permanentemente productos nuevos que no están a su alcance.

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